SE LA DEBIA...
NUESTRAS HISTORIAS INTERNAS… Toda persona, tanto la que sea extraordinaria, como todas las comunes, esconden en su interior muchas historias, que han acumulado a través de toda su vida. La cuestión esta, en que por diferentes motivos, no buscan la manera de sacar a flote, algunas de ellas, que aunque no lo crean pueden servir de inspiración, de ejemplos de lo que se puede o no se puede hacer. No hay ninguna persona, a menos que tenga problemas mentales, que no tenga algo en su interior, que estoy convencido que de alguna manera, le pueda servir a otros de alguna forma, esas experiencias.
Si todas las Historias Internas de millones de seres humanos, que a travès de toda la humanidad se les hubiera dado luz, tal vez cuantas cosas malas nos habriamos evitado y cuantos adelantos, se habrian conocido con anterioridad o incluso, muchos que todavia no conocemos, pero que por no haberlas publicado, cuando hubo oportunidad, no se hicieron y se fueron a las tumbas con sus poseedores.... Y tal vez sin quererlo, se convirtieron en unos soberanos egoistas, por el motivo que haya sido. Asi, que prefiramos, correr el riesgo de ser tratados, con todos los epitetos malignos que se puedan decir, por comportarnos como no los exige nuestra conciencia, que aparcer en nuestro interior, como cobardes...!!
CARTA ABIERTA, EN RECUERDO Y EN MEMORIA DE UN QUERIDO HERMANO, QUE YA NO ESTA...
Por:: Riosk Junio 2.021
IRONIAS
No sé si solo es a mí, a quien le pasa o es algo común entre
todas las personas, que irónicamente con quienes más reñimos,
son precisamente, quienes más queremos. Desde hace un tiempo para acá, me he
venido dando de cuenta, que mis más grandes discusiones generalmente fueron con
los seres que más he querido y más he amado y que más sigo queriendo.
Particularmente tuve un hermano y digo tuve, porque muy
dolorosamente ya no está, ya que partió para otro plano y eso ha sido uno de
los sentimientos más dolorosos que he sufrido; tal vez por haber sido él,
alguien que fue como un segundo padre para mí. Y aunque en cierta forma ya le
había mencionado el detalle de haberme enseñado muchas cosas y de que le agradecía
el haberme dado una mano, cuando más lo necesité o sea al final de mi niñez y
en toda mi adolescencia; no siento que le dije todo lo que verdaderamente se
merecía y por ese motivo es que en parte he querido hacer esta carta, no solo
para que el, si es que donde esta lo pueda saber, sino mas bien para que todo
aquel que pueda leerla sepa lo grande que fue para mí y que si en algún momento
llegan a estar en similares circunstancias, no cometan el error que hice
yo.! Y que no duden ni por un momento en
decir en vida, a quien deseen decirle o quieran preguntarle algo y sin dejarlo
para mañana, pues el mañana, muchas veces no existe.!
Desde hace mucho tiempo, me di de cuenta que una parte de la
vida y tal vez una de las mejores para los que tenemos buenos sentimientos y
deseos para todos, pero también para uno mismo es la máxima siguiente: Es preferible
arrepentirse por haber hecho algo que uno deseo y que tal vez se excedió, que
arrepentirse por haber dejado de hacerlo; por meras tonterías, por ejemplo: por no aparecer como tonto o ridículo; pero es
aun peor, por hacer como muchos, que lo dan todo por hecho, sin pensar que no
solo el tiempo cambia, sino que cualquier otra cosa que nos afecte, puede
ocurrir cuando menos lo esperemos.
Hay que estar consciente, que lo único seguro es precisamente
el cambio y ese cambio puede ser en muchos años, como también de hoy para
mañana y que el tiempo, es lo único que no podemos hacer retroceder.
COMBATIENDO LAS TRISTEZAS Y ANSIEDADES…!!
No haber podido
expresarle a mi hermano, todo lo que sentía por él, aunque hubiera aparecido
como un tonto soñador o hasta ridículo, me habría hecho sentir inmensamente
mejor que lo que estuve sintiendo antes de haber hecho este escrito, por no
habérselo dicho. Pensando en esto, recordé algo que leí hace mucho tiempo, en
una revista “En una helada tarde,
contemplando al gran rio Misisipí, hasta
donde la vista alcanza, donde los troncos de los arboles se ven tan pequeños y borrosos, a causa de la
distancia. Algo, que hace pensar a uno, que así mismo parecen estar todos los
seres amados que por bastante
tiempo nos rodearon en el pasado, (y que
nunca, en esos momentos llegamos a pensar, que podrían alejarse en algún otro
momento) tan distantes, quietos y solemnes que lleva a creer en que todos aquellos a quienes se ha amado
tanto, los unos se han ido a pueblos distantes, donde se hace imposible
abrazarlos y besarlos; (pues cuando estuvieron a nuestro lado no lo
hicimos, pudiendo haberlo hecho
continuamente, no lo hicimos por darlo por hecho, tal vez) pero aun peor los
otros, que se han muerto, hace desear tener alas divinas, con que poder volar para
unirnos a ellos, tanto en vida como en
cualquier otro plano, para terminar de darle un final feliz, de una vez por todas
a esta ansiedad, que como punzante puñal
se nos clava en el pleno centro del alma,
al recordarlos.
Cuando se padece sentimentalmente,
no se sabe bien lo que se desea porque
duele el corazón, de tanto anhelo, que uno querría marcharse, apartarse, de las
cosas viejas y aburridas que se han visto a diario, por tanto tiempo y de las
cuales, tal vez por eso, se está harto” Mark Twain.
Las tristezas, el desapego y la ansiedad, sino se combaten, a
tiempo y con verdadera voluntad, sino que se trata de aparentar mucho control,
acaban venciendo, hasta el temperamento más recio!
Esto es algo más que una prueba de lo que he mencionado, por
no haberle dicho todo eso que sentía y que siempre sentiré por ese querido y gran
HERMANO!
Gracias a la Providencia, que me ha provisto de dos
herramientas importantísimas que son algo y parte de lo que todos aquellos, que
pudieran pasar, por algo similar, pueden usar para sacarse esa ansiedad y estas
dos herramientas son la facilidad de la expresión verbal y la de escribir.
Lo peor que alguien puede hacer, cuando siente algo en su
alma, que lo mortifica, es pensar que mientras menos se hable de ello, mas rápido
se olvidara, craso error.
Entre otras, las de expresar las cosas a viva voz o mejor por
escrito (cuando se escribe, se pueden decir las cosas con más claridad) hace
sentir mucho mejor, ya sea porque cuando se expresan las cosas, uno está
haciendo una confesión y eso significa, que uno está dispuesto a correr con las
consecuencias y eso da, sensación de lavar lo que tenga que lavarse y de
arrepentimiento, si se cometió un error; tal vez por eso, en las iglesias
católicas existen confesionarios.
Nuestra Madre, siempre que tenia aunque fuera el menor
problema, siempre lo estaba expresando y por eso muchas veces, le hicieron
burla, por “todo el tiempo, quejándose por tonterías” pero eso no la amilano y
tengo entendido, que nunca dejo de hacerlo, mientras pudo! Recuerdo, una vez cuando ya yo era un adulto,
que le pregunte a solas, que porque lo hacía y me respondió así: “Hijo, es
preferible que digas las cosas, cuando
puedas decirlas; aunque se burlen
de ti porque piensen que son tonterías, que por esperarte hasta la última hora, cuando trates de
decirlas ya no puedas, porque en ese
momento el estado ya sea tan grave, que no te lo permite” Inteligente reflexión
de una ama de casa, que lo que sabía, lo aprendió porque lo vivió...!!
Uno de los momentos, más agradables de mi vida, fue cuando en
la última visita que le hice a mi hermano y que fue, precisamente después de haber
tenido con ese hermano, una gran discusión y unos meses después del
fallecimiento de su esposa, (que se, que fue algo, que lo marcó profundamente
por saber el tiempo de vida juntos y el gran amor que sentía por ella y que no
podía esconder aun tratándolo) fue cuando le vi reír con tantas ganas y “hablar hasta por los codos”, por
mucho rato sin parar, como hacía mucho
tiempo que no lo había visto así, por lo cual no quería interrumpirlo y esto se
debió a que le conté una de las anécdotas, que pase con él cuando yo era niño y
que él era solo un adolescente, pero que
no se recordaba, hasta que se la mencione.!
José Adam, que así es el nombre de mi querido hermano, (aunque
su esposa, a quien él llamaba “mi negra” le llamaba a la vez, Cabrera como lo
hacían también sus vecinos, por su apellido y “negro” ella por amor) que paso a
otro plano, habiendo sido el mayor en una familia, que en total llego a ser de
diez hermanos, con unos padres muy amorosos, pero a la vez muy pobres
económicamente hablando, tal vez por ese motivo, se vio precisado a ponerse a
trabajar fuera de casa, desde casi un niño y digo tal vez, porque fue una de
las preguntas que yo, ya tenía preparada para hacerle, en “algún otro momento” y que por esa mala costumbre, que muchos hemos
tenido de dejar las cosas que podemos hacer hoy, para mañana, como que si para
preguntar algo, que a uno le “toca” hondamente hay algún momento especial. (y
que tal vez se convierta por ese motivo en algo que jamás podamos averiguar)
Bueno, lo cierto es que ahora, me será muy difícil averiguar muchos detalles de
su vida, que hasta hoy todavía desconozco; aunque para mí el verdadero motivo
de su salida a trabajar fuera de casa fue por su espíritu de emprendedor, en
parte y lo creo así, porque por casualidad me enteré que él no llego a la
capital de la República, por haber sido reclutado por el ejército, (como yo lo
había pensado) sino que lo hizo, según me conto por deseos de experimentar,
nuevas aventuras, aunque también fue para quitarse la espada de Damocles, que
significaba para esa fecha ser un joven pobre y no haber “servido a la Patria” como
lo decretaban los potentados que mandaban en el País y que yo creo que fue así,
pues en el poco tiempo que recuerdo haber trabajado con él, siempre lo vi
trabajar por su cuenta como pequeño empresario, en lo cual y en muy poco tiempo
me hizo partícipe, de lo cual le estaré eternamente agradecido, ya que con esa
acción, tal vez fue lo que me creo mi vena de empresario y que es algo de lo
mejor que le puede suceder a una persona.
Lo único de lo que verdaderamente me arrepiento es, de no
haberle dicho, todo lo que sentía por él, estando en vida y haberle hecho
tantas preguntas, que mucho tiempo fui aplazando para hacérselas en “cualquier
momento”. Por eso aconsejo, a todos aquellos que me aprecian y a todo el que pueda leer esto, que es mejor pasar por tonto, por ser
demasiado expresivo, en su momento para decir todo lo que deseamos decir y
hacer todas las preguntas que deseamos hacer y no arrepentirse por haber
perdido, las muchas oportunidades que te da la vida, para poder hacerlas.
VIDA EN COMUN
Los últimos años de mi niñez, fueron muy traumáticos; ya que
a causa de nuestra pobreza económica y a que por cuestiones de estudios, tuve
que trasladarme a nuevos lugares y enfrentar las criticas de nuevas personas,
por mi forma de vestir y por mi forma huraña, debido a que era consciente de
mis fallas en el vestir, motivado a que nuestros padres por su gran pobreza
económica, no podían comprarnos ropas adecuadas y sabia que debía combatir con
la única arma que tenia a mi alcance, mis manos y con mi fuerza física, aunque
menguada por falta de una verdadera alimentación, necesidad indispensable, para
todo niño.
EL DESTINO
Soy alguien, que tengo recuerdos bastantes claros, desde la
edad de los tres años, tal vez antes. Y siendo, como siempre fui, un ermitaño,
según la escritora y polifacética de mi hermana, María Aurora y así lo creo yo,
no entiendo muy bien porque fui escogido muchas veces, por mi padre José
Doroteo y mi hermano José Cristóbal, (antes que lo hiciera mi hermano José
Adam)para acompañarlos en muchas de sus correrías tanto de trabajos fuera de
casa, como en cacerías y pescas; aunque llego a creer que como fui el único varón
en línea, que seguía a los mayores varones y a una hembra, era el indicado para
que el destino, me pusiera en tales
circunstancias; pero lo cierto es que todo eso, fue algo que me sirvió para
después en mi adolescencia y en toda mi existencia, hasta ahora, ser alguien
muy responsable, independiente y muy seguro
de mí mismo, después de haber sido alguien por necesidad, muy tímido,
algo temeroso, bastante seco y bien huraño.
LA GRAVEDAD DEL FATALISMO Y DEL
ABANDONO
En una de las últimas conversaciones, que tuve con mi hermano
José Adam, le confesé que tenía una gran preocupación por él, así como por
otros familiares, a lo que me respondió como siempre lo hacía, con una especie
de regaño. “Y que tienes tu, que estar preocupándote por los demás, en vez de
ocuparte de ti mismo. Mírate, en plena Pandemia y brincando de aquí para allá y
de allá para acá. No ves como yo me cuido? Que prácticamente no salgo de la
casa! Que ironía!! Está bien que vengas para acá, pero no! Sino que andas por
donde quieras, juntándote quien sabe con cuantos enfermos y sin contar, en
cuantas partes te metes.” Le dije, que la preocupación es algo innato en mí,
pues según los médicos, soy del tipo A, que no puede controlar muy fácilmente
sus impulsos y fue precisamente por ese motivo, que me dio un infarto. Y
también le dije, que me preocupaba por él, porque sabía del gran amor que le profesaba a la Fortu, “su
negra” como le decía, por su gran amor por ella y por haber pasado por tantos
traumas y por tanto tiempo juntos y por eso le aconsejaba que se fuera para un
mercadito, que queda cerca de la casa, aunque fuera a vender cigarrillos. A lo
que ni siquiera me dejo terminar de explicarle “Acaso! tú piensas, que yo me
estoy muriendo de hambre?” No chico! Le dije, es con el fin de que allí te
consigas, personas con quien pasar el rato hablando, ya que eso, te hace despejar
la mente, pues solo ver la televisión te causa más estrés y me dijo. “Y quién
te ha dicho que yo estoy estresado?” Le replique: No es que estés estresado,
sino que si uno, no ocupa la mente en algo diferente a la tv, cuando se ha
pasado un trauma, como el que te ha pasado, aunque no quisieras, te va a hacer
sentir mal y tu puedes decir misa, ante los demás, pero tú sabes que hay una
frase muy real, que dice, que la
procesión se lleva por dentro!
No me gusta especular, pero creo firmemente que él, como ya
me lo había confesado, que ya no esperaba más nada de esta vida, pues ya había llegado
a la tercera o cuarta etapa de su vida! A lo que yo le respondí, que no fuera
tan “fatalista”; pues él era un hombre sano y sin grandes necesidades y que yo sabía
de muchas personas, que a su edad emprendían muchas nuevas tareas, pues ahora
es que seguían sintiendo muchos deseos de vivir y jamás, se abandonaban como me
parecía, que era lo quería darme a entender, con esa supuesta tercera o cuarta
etapa!
Sé que tal vez con esto, pueda herir a algunas susceptibilidades,
pero es lo que siento y no lo puedo callar. Ya basta, de tantas hipocresías y
tantos miedos! Es peor como ya dije, anteriormente, arrepentirse por haber
hecho alguna cosa, que uno deseaba hacer, que arrepentirse por no haberla
hecho; pero aun es mucho peor, decir las cosas en cuchicheos de cuentos de
comadres…!!
En una próxima entrega, contare parte de las vivencias, que
tuve con mis familiares, en mi niñez, adolescencia y juventud. Ya que son
relatos verdaderos de Mis Historias Internas! En NUESTRAS HISTORIAS INTERNAS
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