BELLOS AMANECERES                            Por RiosK Junio 2.021

Muchos de los humanos, en alguna forma, al parecer no hemos sido muy amantes de la madrugada; o sea, no nos ha gustado levantarnos muy temprano, pero sin embargo, a muchos más creo, que cuando se habla de amaneceres, algo se les remueve internamente y recuerdan algún momento bonito, o muy romántico de algún amanecer y quien no lo haya disfrutado, tal vez lo desee con vehemencia


Contando, con solo siete años, fui despertado en una madrugada, en un pueblito que jamás había visto en horario diurno. Pues había acabado de llegar a ese pueblo, pocas horas antes, a eso de las siete de la noche y ni siquiera había tenido tiempo de ver con detenimiento las calles y menos la zona. Pero lo cierto fue, que el dueño de la casa donde fui despertado, aquella madrugada era un pequeño comerciante y llegue allí, debido a que yo residía en la casa de la mama de ese comerciante, en otra ciudad alejada y la mencionada mama, que era prima de mi papa y que por circunstancias que no vienen al caso, residía yo, desde hacía algún tiempo y donde estudiaba, junto a otro niño, que era hijo de la prima y que esta, por pedido de aquel, nos envió un fin de semana, a la casa de ese otro hijo, en la ciudad donde fui despertado, aquella madrugada.El Pequeño Comerciante, quien a mí, me pareció un Pequeño Gran Comerciante; ya que, en ese momento, según me entere al tiempo después, el País, estaba pasando una etapa muy crítica económicamente; pero sin embargo, el mencionado comerciante, aunque en esa época, su producción era relativamente pequeña; pues era un pequeño industrial que producía condimentos y café molido, pero a la vez, revendía otros productos, tales como pan de trigo, leche embasada y periódicos, productos que nunca se le quedaban fríos, lo que significaba que si hubiera tenido, en ese momento la capacidad económica, para una mayor producción, así mismo la hubiera vendido.

Bueno, lo importante de esta historia es, que al levantarnos aquella madrugada y después de tomarnos un delicioso café con leche, con una rica empanada, el comerciante me invito junto al otro niño,  (que su nombre era Jacinto) a abordar un pequeño tráiler tipo jaula de uno por dos metros, el cual era remolcado por una motocicleta, que era conducida por el comerciante, (a quien llamaban Ramón) y sin esperar otra orden saltamos al vehículo, el cual de inmediato se puso en marcha.

Eran aproximadamente, las cinco de la madrugada y al poco rato, después de haber comenzado a sentir una muy agradable brisa en la cara y en todo el cuerpo, llegamos a una especie de avenida muy ancha, la cual se me pareció la entrada al Paraíso, (no sé si solo les pasa a algunas personas, pero yo  siempre cuando veo algo extraño, tiendo a imaginar y a soñar muchas cosas) por la gran luminosidad que no solo se veía, sino que percibí en todo mi cuerpo y espíritu; pero esa luminosidad (nunca antes vista, por mi en ningún otro lugar o  momento) no venía de las luces eléctricas del pueblo; pues aparte de ser pocas, eran superadas en amplitud por este gran resplandor, que se desprendía del más bello cielo, moteado con pequeñísimas nubes, que eran como pequeñas motas de algodón y que a mí, se me aparecían en ese momento, como un enjambre de mariposillas blancas, dándole la bienvenida a un nuevo y bello día. Les parecerá extraño, como también me lo pareció a mí; pues eran apenas unos minutos después de las cinco de aquella bella madrugada y lógicamente muy temprano para ver una clase de espectáculo de aquella naturaleza, para cualquier habitante del Centro u Occidente de nuestro país venezolano; pero nunca para un oriental, donde las madrugadas son “azafranadas”, según me entere al averiguar con algunos vecinos; pues era un pueblito oriental donde me encontraba y aunque no precisamente a orillas de alguna playa, pero sí bastante cercano, para que donde las grandes montañas no fueran óbice, que no nos dejara disfrutar de tan mágico ESPECTACULO, el primer AMANECER, de mi vida o al menos del cual tuve, he tenido y seguiré teniendo conciencia de lo verdaderamente bello; ya que desde ese día he considerado  a los AMANECERES, como unos de los presentes más hermosos, que nos proporciona la NATURALEZA...

Viajando Ando, por Venezula, les dice: hasta muy pronto, cuando les traeremos, otras cosas muy interesantes de este bello pais, como lo es, Venezuela...

                                         







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